Me entregué al invierno y a la soledad, y dejé
que un beso no valiera nada. Me bajé del viaje de tu
corazón y subí a las nubes mientras te alejabas;
Me quedo sin fe, me muero de sed, buscando
razones para olvidarte. Me duele el
ayer, me pesa tu adiós, y cargo la
cruz de mis errores. No alcanzan las flores para
pedir perdón. Me faltan motivos para continuar, soy
sólo una sombra sin rumbo y sin paz.
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